"Ganar las 24 Horas de Le Mans es una sensación única"

Giancarlo Fisichella (Roma, 1973) fue uno de los pilotos más populares de la F1 en la segunda mitad de los 90 y en los 2000. Ganador de tres grandes premios, piloto de innumerables equipos (como Renault o Ferrari) y catalogado por el propio Alonso as su "mejor compañero", en 2009, dio el salto a los GT con Ferrari, donde actualmente sigue compitiendo.

Y precisamente durante la cita portuguesa de la Ferrari Challenge, tuvimos la oportunidad de subirnos a un Ferrari F8 Tributo con él en Portimão (sigue siendo extremadamente rápido) y de charlar acerca de su nueva temporada.

Enrolado en el equipo Iron Lynx, así que la temporada en el WEC comenzó con una octava posición en una subcategoría en Sebring, "lastrados por el BoP", un segundo por vuelta de Porsche y Aston Martin. Aun así, dijo que "el buen ambiente en el equipo y el poder compartir coche con Claudio Schiavoni y Matteo Cressoni".

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Antes de la segunda cita del WEC en Spa-Francorchamps, uno de sus circuitos favoritos, 'Fisico' pasó por Portimão, donde se celebró la primera cita de la Ferrari Challenge Europe.

Una competición donde ejerce como asesor especial de dirección de carrera: "Estoy en la sala de dirección de carrera y comparto mi opinión con ellos sobre los errores de los pilotos, sus crashes, las penalizaciones... En todas las carreras hay un piloto oficial de Ferrari haciendo este trabajo y en Portimão ha sido mi turno".

Sin embargo, Fisichella no pierde de vista las 24 Horas de Le Mans, en sus propias palabras, "la carrera más importante del año", que ha ganado en dos ocasiones y en las que tiene otros cuatro podios.

"Las 24 Horas de Le Mans es la carrera más importante del mundo. Conducir en Le Mans es increíble, pero ganar allí es insuperable. Estar en el podio, en lo más alto, con toda la gente debajo, es simplemente alucinante. Una sensación muy, muy bonita", comenta 'Fisico'.

Y a continuación, rememora cómo fue su primer triunfo: "Fue muy especial, en los entrenamientos libres tuvimos una vacuna y el chasis quedó muy dañado. Nos llegó otro desde Piacenza y reconstruimos el coche justo un tiempo para el calentamiento. No tuvimos libres, no participamos en la clasificación y salimos desde la última posición. Pero el equipo funcionó a tope, el coche fue muy fiable, sin problemas en todo el fin de semana, y ganamos la carrera".

Pero no todo es sencillo, al menos, para un piloto que llega a los GT desde los monoplazas. "Necesité un processo de adaptación de cuatro o cinco meses para aprender y ser rapido", reconoce.

"Fue un shock. Salté de un F1 a un GT a finales de 2009 y la primera vez que salí a pista pensaba que el motor estaba roto o algo así, por la diferencia de rendimiento que había", bromea.

"No es sencillo. Es muy difícil entender la manera de conducir estos coches: son más grandes, tienen menos grip, menos potencia… Además, en las curvas tienes que conducir distinto, especialmente en la entrada, te tienes que anticipar y saltar sobre el Piano, Algo que en F1 es completamente diferente".

Aun así, Giancarlo sigue sintiéndose competitivo y no tiene problemas para encontrar la motivación. “No es fácil, pero amo este deporte. Todavía soy rápido y me encanta seguir comparándome con pilotos más jóvenes cuantos años más incluso, quién sabe".

Eso si, que los GT sean menos exigentes que los monoplazas, físicamente hablando, también ayuda. "El principal problema es el calor, hace mucho calor dentro, pierde mucho líquido. En una carrera de 24 horas necesita beber mucho. Y la preparación es algo diferente, una carrera como Le Mans o Daytona es muy exigente físicamente, pero también para la parte mental. Especialmente por la noche, donde tienes que mantener la concentración".

Para finalizar, volviendo a la Ferrari Challenge, que celebra su 30 aniversario, afirma que es "uno de los programas más importantes dentro de Ferrari, especialmente para Corse Clienti", un certamen creado a medida de los usuarios de Ferrari, "que ayuda a crear un vínculo con los clientes".

De hecho, el propio 'Fisico' no es ajeno a lo que supone Ferrari en el mundo de las carreras, llegando a reconocer que ser piloto Ferrari era el sueño de su infancia. "Conducir para Ferrari las cinco últimas carreras de mi vida en F1 fue un sueño hecho realidad. Y desde 2009 hasta hoy sigo siendo parte de la familia y para mí es sencillo seguir corriendo porque formo parte de una marca como esta. Y estoy muy orgulloso de ello".

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